Siempre que un empresario adquiere activos fijos para realizar las operaciones de su empresa, debe estar informado sobre el desgaste de los mismos, ya que eso le permitirá conocer el tiempo de vida productiva y, de esa manera, a determinar su rentabilidad, ya que este tipo de activos suponen una inversión y, como tal, están destinados a producir ganancia.
Por lo anterior, si tu empresa necesita una inversión en maquinaria o equipo, es conveniente que identifiques el plazo de su vida productiva para establecer una relación entre el costo y el beneficio que te puede dar en un determinado periodo de tiempo.
Te decimos cuánto se deprecian los activos fijos para que realices una inversión informada y exitosa.
A excepción de los terrenos, los Activos fijos disminuyen su valor con el paso del tiempo. Esta disminución del costo de un activo fijo se denomina depreciación. La depreciación, más que una medida de valuación, es un método contable que permite distribuir de forma equitativa y razonable el costo de un activo fijo durante su vida útil.
Los criterios que determinan la depreciación de un bien son los siguientes:
Hay diferentes métodos para calcular la depreciación de un activo desde el punto de vista contable, los cuales son establecidos por la Norma de Información Financiera C-6, Inmuebles, maquinaria y equipo (NIF C-6). Los principales son los siguientes:
La entidad debe elegir el método que mejor refleje su modo de obtención de los beneficios económicos futuros, considerando sus políticas y las características del bien.
También llamada deducción de inversiones, la depreciación fiscal se realiza con el método de línea recta y las tasas máximas de depreciación se encuentran en la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR).
La principal diferencia radica en que la depreciación contable está basada en el tiempo y en las unidades producidas por el activo; en cambio, la depreciación fiscal se aplica de acuerdo a los por cientos máximos autorizados por la LISR sobre el monto original de la inversión.
Aún cuando se aplique la depreciación acelerada como incentivo fiscal, contablemente deberá calcularse la depreciación de acuerdo a la vida útil de los activos, con el fin de llevar un mejor control de la situación de la empresa.
Todas las empresas están obligadas a informar con exactitud la depreciación de sus activos, misma que debe ser reflejada en los estados financieros, pues es fundamental para realizar los ajustes y deducciones pertinentes, ya que se debe conocer el valor actual de los bienes para calcular los costos de operación y las utilidades del periodo.
Por lo tanto, aunque los métodos de valuación contable son fundamentales para conocer la rentabilidad de tus activos, esto no te exonera de la responsabilidad de realizar la depreciación fiscal conforme a la LISR (Ley del Impuesto Sobre la Renta).
Los porcentajes máximos para la depreciación de los bienes tangibles son los siguientes:
Aunque hay otros métodos aprobados, e incluso más exactos para conocer la vida productiva de un activo fijo, lo más frecuente es que la depreciación contable se realice con el método de línea recta, tomando como referencia la tasa marcada por la LISR (Ley del Impuesto Sobre la Renta).
Véamos un ejemplo sencillo de cómo se calcula la depreciación anual de un automóvil usando el método de línea recta, ya que, como decíamos antes, es el más común. Para ello, debemos conocer el costo de adquisición y la tasa de depreciación:
Costo: $ 180,000
Tasa: 25 %
El procedimiento es muy simple: primero debemos calcular la cantidad que corresponde al 25 %; el resultado debe restarse al costo de adquisición para determinar el costo actual del activo:
180, 000 * .25 = 45, 000
180, 000 - 45, 000= 135, 000.
Como puedes ver, los bienes tangibles pierden valor muy rápido y, debido a que suelen representar inversiones muy elevadas, suponen mayores costos para las empresas que necesitan mantener actualizado su equipo de trabajo para realizar con eficiencia sus operaciones y competir en el mercado.
En estos casos, nuestro consejo es que, en vez de comprar activos que se devalúan, recurras al arrendamiento para mantener actualizada tu empresa sin pagar de más.
Es un hecho que todas las empresas necesitan en algún momento invertir en maquinaria o equipo de trabajo para continuar siendo rentables y competitivas, pero, el rápido desgaste y obsolescencia de este tipo de bienes hace que mantenerse actualizadas sea muy costoso cuando se opta por la compra directa.
Debido a lo anterior, uno de los instrumentos financieros más eficaces para invertir en maquinaria y tecnología de punta sin aumentar los costos es el arrendamiento puro.
El arrendamiento puro es una modalidad de financiamiento a la que recurren cada vez más empresas, ya que, además de evitar un fuerte desembolso de dinero, aporta beneficios fiscales, contables y operativos.
Al arrendar, solo debes pagar una renta mensual fija mientras dura tu contrato, al término del cual tendrás la alternativa de adquirirlo pagando el valor residual.
Esta modalidad de financiamiento es ideal para reducir costos al par que la empresa disfruta de equipo y maquinaria de avanzada. Por ello, se perfila como una de las principales elecciones de las empresas exitosas.
Al arrendar, las empresas pueden hacer deducciones autorizadas de hasta el 100% conforme a la LISR (Ley del Impuesto Sobre la Renta). Esto les permite evitar problemas de liquidez y administrar mejor su capital para destinarlo a actividades más importantes para fortalecerse o crecer.
Si has detectado la necesidad de aumentar o renovar tus activos fijos para fortalecer o expandir tu empresa, el arrendamiento puro es la mejor alternativa financiera para lograrlo sin descapitalizarte.
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