¡Hola! ¿Tienes unos minutos para hablar de tu historial crediticio?
A veces recordamos a nuestros padres y pensamos que el ahorro, la mesura y la disciplina son herramientas suficientes para la superación y para enfrentar cualquier imprevisto de dinero en nuestra vida cotidiana.
En ocasiones, debemos admitir que nos aterra la idea de endeudarnos y no sabemos desde dónde partir para encontrar la solución adecuada a nuestros problemas financieros.
Sin embargo, la situación económica del país, los altos costos de la vida y las emergencias imprevistas a veces nos obligan a mirar hacia un camino conocido: solicitar un crédito.
De acuerdo al reporte de Tasas y Comisiones de Productos Financieros de Condusef, publicado en mayo de 2017; ya son 27 millones las tarjetas de crédito que circulan en México y el 29% de estos usuarios dejarán de pagar créditos debido a la acumulación de intereses.
Tomar un crédito puede ser una opción positiva siempre y cuando evaluemos y planifiquemos nuestro presupuesto. Para eso partimos de nuestro historial de crédito, nuestra carta de presentación ante una institución bancaria o sociedad financiera.
Se trata del informe emitido por una entidad especializada donde se detalla qué tan bien nos hemos portado pagando nuestras deudas.
Este “curriculum” es necesario cada vez que solicitamos un préstamo, una tarjeta de crédito, financiamiento para auto, o hipoteca o cualquier otro tipo de financiamiento. En este documento aparece nuestro historial de deudas, créditos que hemos solicitado, lo que estamos pagando, etc.
En general, este registro demuestra si eres “buena o mala paga”. Así de simple.
Este historial se basa en la información de dos organismos básicamente:
Nuestra información crediticia es almacenada por las llamadas Sociedades de Información Crediticia que en el caso de México, son dos:
Estas sociedades están dadas de alta ante el gobierno mexicano, que les autoriza almacenar y compartir tus datos con empresas y organismos que estén evaluando otorgar algún crédito.
Esta es alguna de la información que guardan de nosotros:
El estado de salud de nuestro historial crediticio es responsabilidad nuestra, sin embargo, existen algunas ideas preconcebidas y prejuicios respecto a cómo funcionan estas sociedades financieras y su función de ser “policías del crédito.”
Cuando escuchas conceptos como “historial crediticio” o “Buró de crédito” seguro vienen a tu mente cosas que “se dicen” o que has escuchado y has integrado a tu conocimiento general sobre el mundo del crédito.
A continuación vamos a ver algunos de esos mitos comparados con la realidad del historial crediticio y el lugar que tiene el Buró de crédito en nuestras vidas.
Realidad: Como comentamos unas líneas arriba, el Buró de crédito es una empresa privada que reúne información bancaria de todos los solicitantes y deudores de créditos.
El Buró de crédito comparte tu información con las entidades responsables de ofrecer créditos. Pero no significa que al estar en la lista representa una mancha negativa en nuestro historial y que eso nos alejaría de algún beneficio crediticio.
Recuerda, en el Buró de Crédito se encuentra la información de todos los que hemos recibido un crédito alguna vez.
Realidad: Estar en la lista de alguna de las Sociedades de Información Crediticia no implica inmediatamente una restricción al acceso a créditos.
Desde el primer instante en que pagas un crédito, tu nombre y comportamiento de tu historial permanecen registrados y con base a la información, son las instituciones de crédito decide si te lo otorgan o no.
Realidad: Nuestra información crediticia permanece en la base de datos del Buró de crédito por 6 años.
Cuando liquidamos un crédito la información se actualiza en un plazo de 10 días, siempre y cuando la institución lo reporte. Por ello es importante conocer el estado actual de nuestro historial crediticio y observar si existe algún error en el registro.
En el Buró de crédito tienes derecho por ley, a consultar gratis el estado del mismo 1 vez al año.
Realidad: Toda la información crediticia está registrada en el Buró de crédito, ya que a las empresas le interesa conocer nuestro historial para evaluar qué tan alto es el riesgo que corren al darnos un crédito. De eso dependerá nuestra capacidad crediticia y la tasa de interés que nos ofrecen.
Mientras más de esas “manchitas” tengamos en el registro, más alto será lo que el banco o las instituciones nos carguen de interés.
Incluso cuando recurrimos a una “quita”, que es el pago de una cantidad única para eliminar deudas por créditos antiguos, esto queda en nuestro historial e influye, pues las dependencias seguirán tomando nota de que no pudimos pagar la deuda de acuerdo a los plazos acordados.
Realidad: Es cada institución crediticia la que decide al final darte un crédito y con qué condiciones.
Un buen historial de crédito te puede ofrecer beneficios y es importante que la consideres antes de dar el paso hacia una deuda.
Realidad: Puedes revisar tu historial crediticio en la página oficial del Buró de crédito. El trámite es gratuito sólo 1 vez al año.
El nombre oficial de tu informe es Reporte de Crédito Especial. Si deseas recibir un reporte más veces en ese periodo, tendrá un costo aproximado de 35 pesos.
Realidad: La verdad es que contar con un crédito o una tarjeta no puede ser calificado como bueno o malo.
Existen muchas ventajas y desventajas de solicitar un crédito, pero depende totalmente de cada quién que no se convierta en una carga difícil. Es tu responsabilidad aprovechar las opciones con sabiduría, con información real y evitar el engaño psicológico que provoca un crédito, en especial una tarjeta.
Cuando se trata de créditos, es importante no vivir en el ahora, sino pensar siempre que todo compromiso tarde o temprano pasará la factura... y con intereses.
¿Quieres saber qué hacer para tener una buena salud crediticia? Vamos a echar un ojo a estas medidas.
Contar con una tarjeta de crédito en la mano, nos permite acceder muy fácilmente a productos o servicios. ¡Pero cuidado! Debemos revertir este auto engaño y pensar con claridad en lo que gastaremos.
Es recomendable que el monto de tu deuda no sobrepase el 30% de tus ingresos. Con esto en mente puedes definir un presupuesto y llevar bien las cuentas.
Una buena práctica crediticia es domiciliar los pagos mensuales fijos como el teléfono, la luz, internet, etc. Como son pagos constantes y dentro de tu presupuesto, te ayudarán a mantener un buen historial crediticio.
Usa el tiempo a tu favor para administrar mejor el pago de tu deuda.
Los gastos hormiga pueden ser nuestro mayor enemigo. Es muy recomendable incluirlos en el presupuesto para no encontrar sorpresas desagradables cuando llegue el estado de cuenta.
No está de más contar con un fondo de ahorro para eventualidades. En épocas difíciles, las deudas crediticias pueden convertirse en una carga.
Idea cara, con muchos intereses, y que tampoco deja un mensaje positivo en nuestro historial.
Recuerda que el crédito puede ser una trampa si nos dejamos llevar por compras innecesarias. Y los meses sin intereses ¡no son promociones!
Realiza un esquema y ordena de mayor a menor importancia tus deudas. Realicemos un plan de pagos de acuerdo a información real de nuestros ingresos y nunca perdamos de vista nuestro compromisos.
Esperamos que esta información te haya sido de utilidad, recuerda: el crédito puede ser bueno o malo. Todo depende del uso que hagamos de él.