La tarjeta de crédito es un instrumento financiero que, cuando se usa adecuadamente, permite acceder a beneficios superiores al pago en efectivo. La clave es conocer cómo funcionan y cuáles son sus principales características para incurrir en las mejores prácticas y, de esa manera, mantener finanzas exitosas.
De acuerdo con el INEGI, 4 de cada 10 mexicanos cuentan con tarjetas de crédito, pero sólo el 40% la usa responsablemente. Más de la mitad de mexicanos que usan tarjetas de crédito incurren en morosidad y se encuentran en riesgo de no poder cumplir con las obligaciones adquiridas.
Lo anterior puede ser un efecto del desconocimiento sobre el funcionamiento de las tarjetas de crédito y los principales beneficios a los que da acceso.
Contar con información sobre las características de tu tarjeta puede hacer la diferencia entre un uso responsable que impulse tu reputación crediticia y malas prácticas que pondrán en riesgo tu tranquilidad financiera.
Una tarjeta de crédito es una alternativa de pago eficaz para obtener ventajas adicionales al efectivo, pero para que esto suceda es importante aprender a sacarle provecho a través de buenas prácticas que te evitarán pagar comisiones e intereses excesivos.
Quienes saldan el pago para no pagar intereses, obtienen las mayores ventajas de su tarjeta, pues sólo la utilizan como un medio de pago, pero no gastan más de la cuenta.
Aunque puede ser un poco abrumador consultar los estados de cuenta, generar este hábito te dará mayor control sobre tus gastos y te hará más consciente de cómo opera tu tarjeta de crédito.
Uno de los principales errores en el que incurren las personas es usar su tarjeta sin detenerse a pensar si podrán cubrir ese gasto en la fecha de pago. Para evitar el riesgo de la morosidad, calcula un presupuesto y evita excederlo.
Este es uno de los aspectos más atractivos de usar la tarjeta de crédito. Asegúrate de revisar dónde valen más tus puntos para sacar el máximo provecho de este beneficio.
Al igual que con los puntos, puedes maximizar los beneficios de tu tarjeta si te mantienes informado sobre las preventas, descuentos y promociones a meses sin intereses a los que te da acceso.
Del mismo modo que una tarjeta de crédito puede ser un aliado eficiente para obtener ventajas de tus pagos, también puede convertirse en tu peor enemigo si no tienes ciertas precauciones al usarla.
Este es uno de los errores más frecuentes en el que pueden caer los usuarios de tarjetas de crédito, quienes, dejándose llevar por el deseo o necesidad de obtener un producto o servicio, olvidan que deberán cubrirlo en su fecha de pago.
La contención y la paciencia son cualidades que te ayudarán a manejar mejor tu tarjeta de crédito: es posible que puedas obtener eso que quieres más adelante, usando tus puntos acumulados, por ejemplo.
Uno de los peores hábitos, y de los más costosos, es saltarse pagos, pues los intereses moratorios suelen ser muy elevados y la causa de que una deuda se salga de control. Una vez más, la solución para evitar incurrir en este error es no exceder tu capacidad de pago.
El pago mínimo te garantiza que no incurras en morosidad, sin embargo, lo recomendable es pagar al menos el doble del mínimo para que tu deuda disminuya.
Retirar dinero de la tarjeta de crédito es poco aconsejable, pues las comisiones son muy elevadas. Un crédito personal puede ser mucho mejor alternativa si requieres de efectivo para resolver alguna situación.
Si bien no existen restricciones sobre el número de tarjetas de crédito que una persona puede tener, lo recomendable es tener máximo dos.
Lo fundamental no es la cantidad de plásticos que puedes tener, sino identificar cuál es la necesidad o beneficio que te proporcionará el contratar otra tarjeta.
Una buena razón para adquirir una nueva tarjeta de crédito es la de aumentar tu línea de crédito y mejorar tu historial crediticio. Entre más crédito manejes, mejores serán tus posibilidades de obtener financiamiento para comprar una propiedad o estudiar un posgrado, por ejemplo. Pero para que esto suceda es fundamental mantener buenas prácticas al usar tu tarjeta.
Si pagas a tiempo tus tarjetas o, mejor aún, saldas el pago para no generar intereses, tu historial crediticio será mucho mejor y podrás aumentar tu lìnea de crédito más rápido.
Antes de tomar la decisión de adquirir un nuevo plástico, infórmate sobre las comisiones anuales para determinar si te resulta conveniente mantener dos tarjetas. Compara las anualidades y las tasas de interés. Algunas tarjetas no cobran anualidad, pero también suelen ofrecer menos crédito, por lo que podrían no convenirte si lo que buscas es aumentar tu línea de crédito.
Lo importante al momento de optar por una segunda tarjeta es tener claridad sobre el uso que le vas a dar, pues así podrás elegir la mejor opción.
Por ejemplo, si sólo buscas un respaldo, pero no pretendes usar con frecuencia tu tarjeta, antes de contratar cerciórate de que no te cobre comisión por falta de uso. Frecuentemente, las tarjetas que no cobran anualidad pueden cobrar por concepto de inactividad.
Una tarjeta de crédito puede ser un aliado financiero que te proporciona beneficios y acceso a productos y servicios en el momento en que los necesitas; la clave es conocer cómo funciona para manejarla adecuadamente y, de esa manera, evitar pagar intereses moratorios y comisiones excesivas.
Al contar con información real y clara sobre tu tarjeta de crédito te resultará más fácil mantener tus finanzas en orden. Elige productos financieros afines a tus necesidades para alcanzar tus metas.