Nos aterra la idea de acumular cargas negativas en nuestro presupuesto, pero la verdad es que tarde o temprano, el crédito puede ser una herramienta para conseguir nuestras metas.
De hecho, antes de gastarte tus ahorros, puede ser muy conveniente solicitar un crédito, siempre y cuando lo puedas pagar en tiempo y forma.
En ti debe haber responsabilidad y objetivos claros antes de someterte a un instrumento de deuda.
Un crédito nos puede ayudar a generar bien a nuestra vida o puede hundirnos con una carga difícil de soportar.
Es por ello que existen deudas buenas que nos ayudan a crecer como personas y deudas malas que hacen todo lo contrario.
¿Cuáles son las deudas buenas?
Las deudas buenas son aquellas que nos facilitan una inversión que necesitamos y que nos ayuda a mejorar nuestra vida productiva. Por ejemplo:
Entre otros tipos de deudas que tienen como finalidad última producir mayores recursos en el futuro.
Cómo puedes ver en estos ejemplos, la deuda - para ser buena - debe ser una forma de inversión que en el futuro nos
permitirá producir recursos mayores al recibido.
Teniendo en mente esta última idea, podemos hacer una clara diferenciación entre deuda buena y deuda mala.
Deudas malas son:
Es decir, todas aquellas deudas provocadas por compras impulsivas e innecesarias.
Pero además existe otro problema, ya que muchas veces las deudas buenas se convierten en malas porque sobreestimamos nuestra capacidad de pago.
Es por ello que una recomendación de oro antes de someternos a una deuda es considerar si realmente estaríamos en disposición de pagar de acuerdo con los intereses y los plazos incluidos en el convenio establecido.
Es importante tener conciencia que si bien en ocasiones es posible reestructurar una deuda en caso de excesivo endeudamiento, esta es la última opción y aun así tendremos problemas en nuestro historial crediticio.
El historial crediticio nos permite obtener mejores plazos y beneficios, siempre y cuando mantengamos nuestros compromisos crediticios bajo un esquema de deuda buena.
Por todo esto, antes de considerar un crédito, respóndete lo siguiente:
Escribe en una oración simple para qué utilizarías un crédito y de acuerdo a los criterios comentados, considera si te representará una deuda buena o una deuda mala.
Si tu necesidad no es inmediata o si lo puedes reunir en un plazo determinado, es mejor no endeudarse. Si lo necesitas ahora mismo, cuentas con el capital pero no quieres descapitalizarte, lo conveniente es optar por el crédito.
3. ¿Vale la pena pagar el “costo” del crédito?
Realiza un cálculo de los intereses, comisiones y el Costo Anual Total del crédito y considera si vale la pena pagar el extra por obtener un capital inmediato.
Si el pago del crédito no supera el 30% de tus ingresos mensuales significa que podrás sobrellevar la carga. Si es el caso contrario es muy probable caer en retrasos que sólo aumentarán la deuda.
5. ¿Qué sacrificios puedes y tendrías la disposición de hacer con tal de cubrir la mensualidad?
Revisa tus presupuestos mensuales y busca qué áreas de tus gastos podrían optimizarse sin que impliquen la privación de cosas elementales para tu calidad de vida.
6. ¿Qué tipos de créditos existen y cuáles te ofrecen mejores beneficios?
Comparar los productos financieros es fundamental para encontrar mejores opciones, intereses más bajos y facilidades.
No es lo mismo un préstamo que puedes recibir de un banco o de una Sociedad Financiera de Objeto Múltiple, que son entidades financieras mejor calificadas en los listados de la Condusef.
Si optas por un crédito a tasa de interés variable, considera todos los escenarios posibles y prevé las posibles alzas.
Muchas veces es inevitable encontrarnos en la necesidad de vivir con deudas, pero es importante borrar el estigma negativo de la palabra.
Un crédito no es algo malo por sí solo, sino que puede ser una gran herramienta para emprender y mejorar nuestra calidad de vida siempre y cuando ayude a impulsar nuestros medios productivos.
La deuda puede hacernos mucho bien o mucho mal, pero depende de nosotros tomar la mejor decisión.
Si estás considerando un préstamo personal, en Alpez Servicios Financieros podemos asesorarte para que este sea un compromiso crediticio que te permita crecer y mantener una óptima calidad de vida. Solicita una asesoría con nuestros especialistas.